Hace algunos años, conocí al hermano Policarpo. Un hombre que tiene "color" de Santo, recuerdo que estabamos en Santa Fé, no en la zona "coorporativa" sino en el pueblo, y su combi blanca no encendia.
El acababa de celebrar una Misa a las Hermanas de la Caridad, que tienen ahi un orfanato. Nosotro habíamos estado en ella. El, muy piadoso, celebró como se debe.
Bajó de su combi con su hábito gris como roca, en los pies sandalias hechas por las Hermanas de San Juan, alto y delgado como garrocha; nos dijo: ¡Jóvenes de Cristo! ¡Ayuda!
Y empujamos.
2 comentarios:
muy chido ese encuadre!!!
jajajaja... pense que iba a ser más "contemplativo" tu post.
pero qué es más "contemplativo" que empujar una combi por esas empinadas calles, definitivo necesitaban la fuerza de Cristo. jaja
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