Estaban abrazados tan fuerte como se podía, él la mira y le dice: Sin ti, no soy nada. Tú amor es lo único que tengo.
Ella, aprentado su cuerpo aún con más fuerza, contesta: Tú amor es lo único que yo tengo.
Él la mira y le dice: Entonces solo nos tenemos el uno al otro.
Ella contesta: Si, ¿Qué más podríamos necesitar?
Él y ella, abrazados en la oscuridad, sonrien.